sábado, 29 de octubre de 2016

CONSEJOS ESPIRITUALES PARA LOS ADORADORES


RESUMIDO EN DIEZ PUNTOS QUE SERÁN DE UTILIDAD EN EL MOMENTO DE LA ADORACIÓN

1. Tú estás en esta capilla ante Jesús en su Presencia Eucarística.
Entra ahora en tu corazón, en la parte más íntima de tu ser.
2. Hay silencio en torno a ti. Silencia tu corazón. Haz callar todas las voces que hay en ti, deja los pensamientos inútiles. Tus problemas, tus preocupaciones, tus angustias, todo lo que te inquieta no lo guardes para ti sino ofréceselas a Jesús. Durante este tiempo de adoración, ocúpate de Él y Él cuidará de ti muchísimo mejor de lo que tú mismo lo harías. Pídele la gracia del abandono y de la confianza.
3. Posa tu mirada sobre Jesús Eucaristía. Deja que hable tu corazón, es decir comienza a amar a Aquel que nos ha amado primero.
4. Evita decir oraciones sólo con los labios sin detenerte sobre las palabras que pronuncias. Evita leer páginas tras páginas de la Escritura durante el tiempo de oración.
Entra en la oración del corazón. Elige un versículo de un salmo, una frase evangélica, una pequeña oración simple y repítela con el corazón, suave y continuamente hasta que ella se vuelva tu oración, tu clamor, tu súplica. Puedes elegir la oración que mejor se adapte a tu situación actual. Por ejemplo: “Jesús, confío en Ti”, “Sagrado Corazón, en Vos confío”, “Jesús, Hijo de Dios vivo, ten piedad de mí, pecador”, “Padre mío, yo me abandono en ti”, “Jesús te amo”, “Jesús te adoro”, “Tú eres mi Pastor”, “Tú estás conmigo”, “Jesús manso y dulce de corazón, haz mi corazón semejante al tuyo”, o simplemente “Jesús, Jesús..”
5. No pases todo el tiempo lamentándote o solamente pidiendo. Entra en la acción de gracias, en el reconocimiento. En lugar de considerar lo que te falta, da gracias por aquello que tú tienes y que eres. Da gracias por lo que te será dado mañana.
6. Puedes estar preso de la fatiga o de la distracción. Ánimo, apenas te des cuenta recomienza la oración del corazón, suavemente. Pide la ayuda del Espíritu Santo para que te fortalezca en tu debilidad y que sea cada vez más tu maestro interior.
7. Jesús está en el centro de la Iglesia. Él quiere estar en el centro de tu vida. Contemplándole, aprende, poco a poco, a pasar del “yo” al “Tú”, de la voluntad de realizar tus proyectos al deseo y a la acogida de su Voluntad sobre ti.
8. Él está expuesto solemnemente. Recibe la luz que emana de su Presencia. Como el sol calienta y derrite a la nieve, así estás tú a Él expuesto. Él podrá continuar iluminando las tinieblas que envuelven tu corazón hasta que las disipe completamente.
9. Él se oculta tras las apariencias simples y pobres del pan. Viene a ti, pobre, para que puedas aprender a acoger en la verdad tus pobrezas y las de tus hermanos.
10. Tú estás en el silencio. María, Estrella de la mañana y Puerta del Cielo, está en torno a ti en tu camino; Ella te indica la ruta y te introduce en la cámara del rey. Es Ella quien te hará comprender que en el silencio; mirando a Jesús, descubrirás la Presencia de la Trinidad en ti. Y podrás experimentar en la vida la palabra del salmo 34: “Quien mira hacia él refulgirá; no habrá sonrojo en su semblante”.